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El libre albedrío es la creencia de que los humanos podemos siempre elegir y tomar nuestras propias decisiones a la perfección.

Pero muchos experimentos revelan que es bien difícil cumplir con lo que consciente y libremente hemos escogido. Por ejemplo, si queremos dejar de pensar en una cosa determinada, seguimos insistiendo con el mismo pensamiento. En cierto sentido, somos esclavos de nuestro destino.

Incluso en la actualidad, se dice que todo lo que seremos está ya escrito en nuestros genes (genoma humano) y que nuestro destino está predeterminado. También, en las cortes judiciales, nosotros mismos usamos el determinismo de los hechos como excusa de todo: nuestros crímenes son causa de abusos durante la infancia, de la pornografía, del alcohol, las drogas, la música salsa erótica, etc.

Si eliges estudiar derecho en vez de biología, seguramente el medio está influyendo en tu decisión. Tal vez tu padre también estudió derecho, hay muchos abogados en tu vecindario, has visto que se puede hacer dinero rápido siendo abogado, etc. En este caso ya no tienes libre albedrío. ¿No te parece?

Por lo tanto, creemos o no creemos en el libre albedrío según nos convenga.

Sólo en ciertos casos el Libre Albedrío puede manifestarse. Ocurre durante la meditación o las reflexiones profundas en un  ambiente de soledad; es decir cuando el medio ambiente tiene menos influencia en la toma de decisiones.